lunes, 2 de agosto de 2010

Gracias 24: Los siete mejores días de mi vida

Desde que empecé a ver 24 comprendí la importancia de esperar un año sólo para vivir un día. Recuerdo que fue un martes por la noche mientras conversaba por teléfono que por error empecé a ver la serie y tuve que colgar la llamada para atender a lo que es el mejor programa de televisión que he visto, y créanme si les digo que he visto mucha televisión.

Jack Bauer, el hombre que sufre asumiendo el rol de hacer lo que sea necesario para conseguir que se haga lo correcto. Cada temporada, al final de cada día, debía volverse a sacrificar y huir como fugitivo después de salvar a su país. En otro momento me referiré al capítulo final, hoy sólo quiero agradecer por la posibilidad que tuve de vivir cada día de Bauer, de esperarlo cada año, de alargar mi hora de dormir por revivir mentalmente una y otra vez cada minuto de sus capítulos en tiempo real, de soportar la tentación para leer los spoilers pese a que el sonido de la cuenta regresiva que marcaba cada final de hora me hacía morderme la uñas por saber qué iba a pasar...

En fin, la gratitud, la alegría y la tristeza ni las puedo describir. Ya no sé que debo esperar para el 2011 ni quiero saberlo, sin 24 no será lo mismo.

Si, un buen final, acorde a todo lo que fue la serie. A veces los héroes deben ser villanos y huir porque saben que su misión no ha terminado. Creí que el héroe moriría y me preparé para verlo caer, pero Jack Bauer es demasiado grande para y en exceso necesario para terminar su legado mirando al cielo en señal de gratitud, él debe seguir, debe ser inmortal porque representa todo lo que es necesario y correcto en un mundo lleno de temor y de egoísmo.

Me iré a dormir en dos horas, más o menos, y mañana continuaré digiriendo el octavo día. Pero, y no me dejo de recordar este pero, GRACIAS a 24 por acompañarme estos siete años.

No hay comentarios: