Creo que estaba en los últimos semestres de la universidad cuando conocí el reggeatón, lo cual de ninguna manera indica que me estoy acercando peligrosamente a cumplir treinta años, pero ese no es el tema. En menos de tres meses este género musical ya hacía parte de mi rutina debido a dos razones: El gurú del sabor y el hecho de que mi radio AM/FM sólo sintonizara bien la emisora Rumba Stereo.
Letras y rimas sencillas, algunas hasta bien elaboradas, acompañadas de una espantosa dicción y un ritmo en extremo contagioso se fueron tomando una a una casi todas las emisoras musicales de Medellín y cada día se hacía más dificil no corear el "Baila morena, baila morena" o "Dale, don dale"; incluso si me esforzaba por cambiar la emisora la agujita sabía detenerse en el dembó y llegué a odiar a tanto músico y pseudo roquero fracasado que blasfemaban a Don Omar.
Una buena época que ya todos fingen no recordar. Los adolescentes con la pinta cangry, los adultos perreando y en general todos aparentando estar muy borrachos para no reconocer que lo disfrutábamos. Hoy, el ritmo y el género están muriendo y ya ni en los cantantes de busetas es tenido en cuenta. Tito el bambino cantando baladas, Daddy Yankee haciendo música de discoteca europea y a Don Omar se le apagó el sol.
Una oscura era musical donde los roqueritos creen que Tres de corazón y Nati Botero son el alma de Colombia, Pipe Pelaez no se decide si es pop o vallenato y la verdad es que a nadie le importa lo que piensen los Emo.
Y es así como hoy extraño al reggeatón, el ritmo que identificó el comienzo de milenio y que hizo creer a muchos que los sacaría de pobres. Les doy a los músicos dos años más para imponer un nuevo estilo es esta década o revivo a Tego Calderón y saco de la carcel a Yandel. En serio, si me quesiera comprar un mp3 no sabría que música nueva cargar, y eso es culpa de la muerte del Reggeatón.
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