domingo, 7 de noviembre de 2010

Gay o lesbiana: ser y no ser homosexual.

Para bien o para mal nuestra sociedad ha evolucionado a un nivel en el que ser homosexual sigue siendo un tema tabú. No nos engañemos, así salgan cada día más hombres a confesarse públicamente homosexuales, el sólo hecho de que tengan la necesidad de hacerlo y esto se convierta en noticia o tema secreto de discusión en los corrillos de los corredores es una clara muestra de que no es algo que se asimile con facilidad.

Mientras sean necesarias marchas en honor a su orgullo, asociaciones que protejan la no discriminación por preferencias sexuales, banderas de arco iris y humoristas que necesiten decir la palabra marica o que sientan la necesidad de usar un eufemismo coloquial para reemplazarla, ser homosexual va a seguir siendo considerado para muchos como algo no natural, y estos muchos estarán al mismo tiempo siendo censurados y siendo tachados de homofóbicos sólo porque se atrevieron a expresarlo.

Lo más penoso ( de pena ) que tenemos en nuestra era de la tolerancia y el respeto es que el verdadero pero de la homosexualidad está cayendo sobre los hombres, entiéndase el género masculino, o sea, el macho o varón, ¿cómo decirlo sin que se preste a posibles libres y malas interpretaciones? , el que nace con pene. Por algún motivo mágico que no he leído en los cuentos de hadas y del cual no me tomaré la pesada molestia de leer una explicación de algún psicólogo vende-humo, las mujeres tiene mayor y casi que completa libertad social/sexual mientras que los hombres, entiéndase...bla, bla, bla, no la tienen.

Una dama besa a otra mujer, la acaricia, tienen sexo y después no encontrará mayor inconveniente en conseguir una pareja masculina, casarse, tener hijos y demás, incluso si lo confiesa algunos hombres la encontraremos más atractiva sexualmente, es más, puede haber tenido durante años una o varias parejas de su mismo género y si al final decide declararse heterosexual todo sólo serán anécdotas; en cambio si un hombre así sea por una sóla vez en su vida estuvo sexualmente con otro hombre le será difícil quitarse el estigma y que ni de juego intente contar su experiencia buscando ser más excitante ante una dama. O como algunos prefieren resumirlo: las mujer si lo hizo fue para experimentar su sexualidad pero el hombre fue incapaz de aceptar y confesar la suya.

¿Por qué? ¿Acaso una sociedad machista y falocéntrica? ¿Acaso siglos y siglos en que la imagen de cazador, protector y demás no pueden ser olvidadas en unos años de propaganda? No tiene sentido, la imagen del hombre que todo lo hace y todo lo puede porque es el sustento y por ende goza de más derechos que la mujer antes funcionaría, seamos claros, si soy el que salía a cazar fieras salvajes de carne suculenta, el que decía que se hacía y que no en el hogar, ¿por qué no tendría derecho a una total libertad sexual? Considero que es un asunto más de funcionalidad estética.

Supongan una mujer estando con un hombre en lo que vulgarmente se conoce como coito. Independiente de quien sea pasivo o activo, el hombre se ve ejecutando una función para la cual génetica y hasta religiosamente está creado y al igual la mujer. Inclusive si se toman algunas libertades creativas en aires del placer, la curiosidad y tentar lo prohibido, la mujer conserva su imagen femenina y el hombre la masculina.

Piensen ahora en dos mujeres, desnúdenlas y déjenlas hacer todo lo que se les venga en gana. Sin importar lo que en sus mentes inquietas realicen lucen femeninas, y lucen así porque es o lo que podrían hacerse solas o lo que podría hacerles un hombre. Ahora piensen en dos hombres, desnudénlos, acérquenlos mucho y otra vez otórguenles total libertad. Sin importar lo que hagan, por lo menos en una ocasión uno de los dos por más musculoso, barrigón, barbado y calvo que lo pensaran, sin importar su actividad o pasividad, pareció haber asumido una función femenina. Y no es que sea negativo, es que las mujeres aún homosexuales siguen asumiendo su rol mientras los hombres lo pierden.

Así que por favor no perdamos más tiempos con banderas multicolores, desfiles y estereotipos multimediáticos, la homosexualidad dejará de ser tabú el día en que el coito entre dos hombres no le reste un segundo de masculinidad a uno de los participantes.

sábado, 7 de agosto de 2010

Adiós al uribismo y al uribito mayor.

Ya se cumplieron ocho años en que los detractores del ya casi ex presidente Álvaro Uribe se posesionó. Ocho años atrás comenzó la era del trabajar, trabajar y trabajar, con referendo fracasado incluído y atentado fallido muy pero muy lejos del lugar donde se imponía la banda tricolor al hombre del corazón blando. Y después de ocho años ya sé que es lo que no voy a extrañar.

No voy a extrañar las peleas de gallos contra el presidente de Chamozuela, ni el alborote de plumas del presidente de la camisa hedionda y menos la posición de dama herida del presidente de aquel país sin mar; tal vez la camisa abierta hasta el quinto botón y la cara de borracho de ese presidente de donde yo me enamoré, esa creo que sí.

Tampoco voy a extrañar a los detractores del mandatario que sólo les faltó tomar una fotografía del mismo y dibujarle cachitos, bigote y pecas. La señora del huevo, que desperdició un desayuno nada tenía que envidiarla al moreno de caro, y las canciones que se mofaban de su empleo exagerado de diminutivos. Y ni hablar de los anti-uribistas que decían defender el país pero no por eso renunciaron a sus pensiones escandalosas ni a sus cargos para los que nunca estuvieron preparados y se aferraron con pezuñas y colmillitos a unos cargos que en su mayoría no saben ejercer ( por si no queda claro o se presta a libres interpretaciones, me refiero al gremio de los maestros y docentes agremiados ).

No existe manera de que extrañe el único programa con rating que tuvo la televisión institucional porque siempre encontré algún programa mejor que ver los sábados de ocho de la mañana a cuatro de la tarde. Y creánme que menos, el hecho de que un señor enano, aseñorado, con voz de montañero y en general del promedio nacional, fuera visto como un hombre atractivo, algo así como un guerrero griego o troyano.

Creo que no voy a extrañar nada porque de lo bueno o malo que hizo o dejó de hacer apenas si me enteré porque una que otra vez en una cafetería o en una sala de espera pude ver un noticiero o leer la revista quincena. Ocho años en que estuve muy desinformado de la cosa política y que me acreditaron para creer con inmensurable convicción que un candidato liberal sin carisma era la mejor opción para tomar las riendas del país.

Toca esperar cuatro u ocho años más para saber si del presidente Santos llegue a tener algo digno de extrañar.

lunes, 2 de agosto de 2010

Gracias 24: Los siete mejores días de mi vida

Desde que empecé a ver 24 comprendí la importancia de esperar un año sólo para vivir un día. Recuerdo que fue un martes por la noche mientras conversaba por teléfono que por error empecé a ver la serie y tuve que colgar la llamada para atender a lo que es el mejor programa de televisión que he visto, y créanme si les digo que he visto mucha televisión.

Jack Bauer, el hombre que sufre asumiendo el rol de hacer lo que sea necesario para conseguir que se haga lo correcto. Cada temporada, al final de cada día, debía volverse a sacrificar y huir como fugitivo después de salvar a su país. En otro momento me referiré al capítulo final, hoy sólo quiero agradecer por la posibilidad que tuve de vivir cada día de Bauer, de esperarlo cada año, de alargar mi hora de dormir por revivir mentalmente una y otra vez cada minuto de sus capítulos en tiempo real, de soportar la tentación para leer los spoilers pese a que el sonido de la cuenta regresiva que marcaba cada final de hora me hacía morderme la uñas por saber qué iba a pasar...

En fin, la gratitud, la alegría y la tristeza ni las puedo describir. Ya no sé que debo esperar para el 2011 ni quiero saberlo, sin 24 no será lo mismo.

Si, un buen final, acorde a todo lo que fue la serie. A veces los héroes deben ser villanos y huir porque saben que su misión no ha terminado. Creí que el héroe moriría y me preparé para verlo caer, pero Jack Bauer es demasiado grande para y en exceso necesario para terminar su legado mirando al cielo en señal de gratitud, él debe seguir, debe ser inmortal porque representa todo lo que es necesario y correcto en un mundo lleno de temor y de egoísmo.

Me iré a dormir en dos horas, más o menos, y mañana continuaré digiriendo el octavo día. Pero, y no me dejo de recordar este pero, GRACIAS a 24 por acompañarme estos siete años.

jueves, 8 de julio de 2010

Quiero de regreso el Reggeatón

Creo que estaba en los últimos semestres de la universidad cuando conocí el reggeatón, lo cual de ninguna manera indica que me estoy acercando peligrosamente a cumplir treinta años, pero ese no es el tema. En menos de tres meses este género musical ya hacía parte de mi rutina debido a dos razones: El gurú del sabor y el hecho de que mi radio AM/FM sólo sintonizara bien la emisora Rumba Stereo.

Letras y rimas sencillas, algunas hasta bien elaboradas, acompañadas de una espantosa dicción y un ritmo en extremo contagioso se fueron tomando una a una casi todas las emisoras musicales de Medellín y cada día se hacía más dificil no corear el "Baila morena, baila morena" o "Dale, don dale"; incluso si me esforzaba por cambiar la emisora la agujita sabía detenerse en el dembó y llegué a odiar a tanto músico y pseudo roquero fracasado que blasfemaban a Don Omar.

Una buena época que ya todos fingen no recordar. Los adolescentes con la pinta cangry, los adultos perreando y en general todos aparentando estar muy borrachos para no reconocer que lo disfrutábamos. Hoy, el ritmo y el género están muriendo y ya ni en los cantantes de busetas es tenido en cuenta. Tito el bambino cantando baladas, Daddy Yankee haciendo música de discoteca europea y a Don Omar se le apagó el sol.

Una oscura era musical donde los roqueritos creen que Tres de corazón y Nati Botero son el alma de Colombia, Pipe Pelaez no se decide si es pop o vallenato y la verdad es que a nadie le importa lo que piensen los Emo.

Y es así como hoy extraño al reggeatón, el ritmo que identificó el comienzo de milenio y que hizo creer a muchos que los sacaría de pobres. Les doy a los músicos dos años más para imponer un nuevo estilo es esta década o revivo a Tego Calderón y saco de la carcel a Yandel. En serio, si me quesiera comprar un mp3 no sabría que música nueva cargar, y eso es culpa de la muerte del Reggeatón.

lunes, 5 de julio de 2010

Silvio silbó y no me encantó

La ciudad de Medellín es la anfitriona del tercer encuentro Iberoamericano de Cultura y aunque no me interesa participar de él o siquiera informarme qué es, decidí hacer la del buen pobre y asistí a uno de sus múltiples eventos gratuitos y sin hacer fila ni comprar boleta fui al concierto de inauguración, con la presencia de tres reconocidos artistas internacionales, mas como mi ignorancia sólo me alcanzó para reconocer a uno, puedo decir a boca llena de amargura que estuve en el concierto de Silvio Rodríguez.
El mítico cantautor fue recibido entre gritos y aplausos de unos asistentes que lo esperaron por más de dor horas guardando energía para agitar además de los brazos, la bandera de cuba y telones con la imagen del "Che" Guevara. Necesité confirmar que don Jorge Barón no estaba cerca pues mi incredulidad no comprendía de donde llegaba tanto ENTUSIASMO. Entonces, se despertó mi curiosidad, caminé, me mezclé con la multitud y centré mi concentración tanto en la reacción del público , como en la interpretación y lírica del cubano.
Lo que primero me sorprendió fue entender que Silvio Rodriguez canta en un sólo tono, lo que tiene mucho sentido, un cantante revolucionario tiene todo el derecho y el deber de luchar contra las notas altas y de paso combatir fieramente contra el aprendizaje de nuevos acordes para su guitarra.
Muy inteligentemente limitó su interacción con sus fanáticos. Total, la mala iluminación, sumada a su lejanía en el escenario y al no uso de pantallas gigantes es lo mismo que poner un maniquí , pegarle una guitarra con cinta de enmascarar y pulsar play en el cd recopilatorio de sus grandes éxitos. Eso sí, sus seguidores dejaron en la calle el alma,el sudor, la sangre y cualquier sustancia que tuvieran, y entre saltos, manos empuñadas, brazos al cielo y sonrisa de ponqué cantaron de principio a fin todas sus canciones, con la misa emoción que un niño destapa el 24 de diciembre a las seis de la tarde el regalo del niño Dios o como algún día lo harán los hinchas del Millonarios cuando su equipo vuelva a ser campeón. Casi llegué a sentir envidia de los entusiastas por Silvio Rodríguez por su derroche de alegría.
¿Alegría de qué ? No perdí la concentración, y así como veía los saltos y escuchaba los coros, también escuché atentamente las canciones. ¡Qué digo canciones! Los poemas; no, tampoco poemas, más bien habladuría bonita que no dice nada pintada de música, coloreada de contenido social y disfrazada de intelectualismo. Como diría uno de mis vecinos en el concierto: "Música para pensar" y sí, para pensar cómo alguien puede creer que esas letras pueden tener significado más allá de una libre interpretación. "Esta canción se la compuso a Guevara, esta a Pinochet, la otra..." la otra demás que a su madre. Ninguna hacía ni por error referencia a lo que comentaban y tampoco por doble equivocación hacían referencia a nada. Seguro que dentro del pequeño mundo del autor dicen algo, pero entonces que se las cante a él mismo y no las venda como canciones desbordantes de contenido social. Si la educación no es un derecho seguro que es un izquierdo, pero cierto cantautor ni para la derecha ni para la izquierda tomó camino.
Decepcionante. Si esa es la música para pensar me quedo con la que es pa' planchar o pa' voltiar tajadas. Supongo entonces que los que se conocen de memoria sus canciones y las cantan sin tener que cerrar los ojos se las aprendieron entre tertulias acompañadas de cerveza o vino Tres Pachangas, creyéndose intelectuales y librepensantes porque no se cansaron de repetir que ojalá, ojalá y ojalá que llueva café en el campo. Si estos son los que tuvieron conciencia social empiezo a entender el porqué la socidad está como está.
Para la próxima espero traigan a Arjona, de quien sé que compusa todas sus canciones el mismo día y que ese día estaba deprimido y con un diccionario de sinónimos al lado de la cama. Que cosa fuera la que no fue. Me voy a buscar un casete de Los Prisioneros para calibrar si estoy tan mal como los Silviofans y soy el mismo gato pero despeinado. No se les olvide que Silvio no silba como dicen que silba, es que simplemente no sabe silbar.

jueves, 24 de junio de 2010

Final de temporada de Doctor House: la sexta es la vencida.

Cada que una serie de televisión comienza con una imagen impactante y el salto acompañado del " Tantas horas antes " comienzo mi habitual rutina de pasarme la mano por la frente,rascarme la cabeza, llevarme la mano a la boca y finalmente al control remoto; el acto en sí tarda de tres a cuatro segundos, tras los cuales decido cambiar de canal ( porque apagar el televisor es un sacrilegio ), sin embargo, cuando se trata del final de temporada de Doctor House debo tragarme hasta los más acérrimos hábitos y quedar con el mal sabor de boca de una rutina inconclusa.
Y aclaro, no es la mejor temporada de la serie. Ya había tenido que soportar un ridículo corte de cabello, su demostración de rapero aficionado, el episodio basado en Cuddy, el episodio protagonizado por Wilson, el divorcio de Chase y Cameron, y semana tras semana de un House jugando a ser el lider de los chicos exploradores para ganarse un tiquete a la cama y el corazón de Cuddy. Lo malo es que ya había traicionado una rutina y ver el final de temporada de una serie no quería agregarlo a mis cargos de conciencia en mis reflexiones nocturnas, así que, con paciencia, me dispuse a disfrutar el capítulo.
45 minutos de desilusiones. Dos casos médicos sin misterio e irrelevantes. De todo el equipo de House se rescata la historia médica de Trece, que de por sí nunca me ha interesado. Las confrontaciones a Cuddy no fueron más que reclamos sin gracia que un niño le hace a su profesora porque a pesar de observarle levantar la mano le dio la palabra a otro estudiante que también tenía la respuesta correcta. ¿Wilson?, creo que lo mencionaron, mi menoria es directamente proporcional a mi nivel de atención. 45 minutos esperando que algo pasara y que Gregory House dejara de buscar el explorador que lleva por dentro, y nada; nada de nada.
Para quienes no recordamos que House es cojo y el dolor le produce malhumor, tuvimos 45 minutos donde no dejaron de rememorar el apego del doctor a su pierna y finalmente, ante Cuddy, la confesión de que si hubiera escogido la amputación sería un hombre feliz. El rostro de la paciente, el doctor y la directora del hospital confirman que el próximo caso será ayudar a pasar a un anciano a cruzar la calle o abrazar un árbol. Aquí es cuando dejé volar la imaginación y quise creer que estábamos ante un sueño o una de las fantasías del finan de la temporada anterior, y estuve bien cerca de acertar.
La paciente de la pierna amputada muere ante el asombro de House, quién no comprende cómo incluso haciendo lo correcto sólo atrae la desgracia. Vuelve a su apartamento de soltero y solitario, se mira al espejo y ya pasaron las "tantas horas". Arranca el espejo y sorpresa, el tesoro frente a él de dos frascos del olvidado Vicodín. La tensión aumenta mientras el diablo sobre su hombro izquierdo y el ángel sobre el derecho buscan un acuerdo. Sentado en el piso de su baño, sosteniendo los frascos y dos pastillas en su mano, llega el momento Deja Vú que me hace creer que aún puedo confiar.
Súmenle que una silenciosa Cuddy lo interrumpe para confesarle que terminó con su novio porque no pudo dejar de amar a House, y ante la sensación de otra alucinación, House bota las pastillas terminar en un beso de mentiras con entrelazamiento de dedos incluído y fin.
¿En serio? No soy alérgico a la idea del final feliz ni a la moraleja de que a las personas con buenas obras se les premia, pero la pantalla del televisor se tiñó demasiado rosada con letreros en rosa más claro de ¿Es en serio?
Bueno, sería muy caradura si negara que alguna vez esperé que esto pasara y el yo del pasado sintió alegría, mientras el yo del presente, ese mismo, el que no cambio el canal al comienzo del capítulo repitió la misma rutina de mano a la frente, el pelo y sobre la boca, mientras dejaba que el reloj corriera y fuera un capítulo doble donde ... ya para qué, pasaron los créditos y comenzó una película.
Me tomaré un tiempo para pensar si este final me anima a ver la siguiente temporada, con House y Cuddy tomados de la mano caminando por una verde pradera, cenando en el hogar de Wilson con su ex y nueva esposa y llevando el hijo adoptado al parque para comprarle un helado de chocolate. Adios a los rompecabezas médicos, ahora será House at Home, la nueva comedia familiar donde House afrontará su nuevo reto: ser esposo y padre.
Tal vez me pase de fatalista y exagero, espero sea así. Una floja temporada con un final que le hizo juego y que me motiva poco a esperar el siguiente episodio dentro de "Cuatro meses después", si es que en ese lapso aún recuerdo prender el televisor los jueves a las siete de la noche.